tengo hambre de tu carne,
de tu cuerpo que me estruje,
de tus manos que me apretujen,
de escuchar tus palpitaciones,
de entretejer tus sílabas,
de morder tu boca,
de besar tus labios,
de saborear tus besos.
Con fervientes ganas te deseo,
con mi cuerpo delirando,
con mis muslos entrelazados,
con la marea desbordada,
con la fuerza carnal de mis ansias,
con mi voz entrecortada.
Tengo sed de ti,
quiero beber de tu manantial,
saciarme de tu fuente.
Tengo hambre,
mucha hambre,
mucha hambre,
quiero alimentarme de tu aliento.