"Despedida" (Semana 40 de 53)

Gracias Demiurgo por el regalo de ésta canción
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Jugaste a matar los sentimientos
con tantas mentiras y engaños,
abusaste de mi total confianza,
seduciéndome como a una niña,
entregándote mi inocente alma,
fui víctima de tu ruin mezquindad,
descubriendo tu más oscura identidad.

Enterrado quedaste para siempre,
entre las sombras del olvido,
en la distancia y frialdad,
por actuar con ruindad,
ya nada existe más.

¡Déjame tranquila!
¡olvídate de mí! 
¡todo acabó!
¡aléjate ya!

Marcada queda para siempre esta despedida,
en éste corazón que desde hace tiempo dejó de latir por ti.

"Ecos de vaho"

Cuerpos enjabonados de apetito,

labios absorviendo las ansias,

empapadas de gotas las lenguas,

desembocadas nuestras almas.

Gel y caricias mezcladas,

besos y sorbos de licor,

espuma y gemidos latidos,

derramados por nuestra piel.

Bebes mi pecho,

lames mi espalda,

muerdo tu deseo,

masturbo tus ganas,

entre chorros de fluido,
ingeriéndonos de placer.

Tú y yo,

bajo la ducha,

el agua y la espuma,
gemidos ecos de vaho,

evocando nuestra pasión

calándonos de líquido y amor.

"Perla blanca"

Vestida de perlas en preludios del alba

blanca y nacarada te envuelve la guirnalda

tu palabra es paloma siempre deseada

delirios emanan de ti, María perlada.

En tu pecho la perla nacarada

palpita versos de pasión

transparente palabra de tentación

en tus labios, María perlada.

Desnudo mi inspiración en tu latido,

impregnándolo de mi poesía,

tu alma palpita entre letras,

tus ojos beben de ellas.

Alimentas tus versos de mis palabras,

bordando mis perlas con hilo de oro, 

las que resuena en la voz de mi garganta

las que con eco pronuncian mi dulce boca.

La rosa se torna de rojo intenso

cruzando la blancura de tu verso,

con seda sensual trenzada

desfloras vigilias, María perlada.

Arden los ajenos

cuando ponen la mirada,

en tus versos escritos, María perlada.

Palabras blancas perladas,

nacaradas, transparentes,

brillantes, aterciopeladas,

misteriosas, latidas,

rojas, vivas, sentidas,

no son de Oriente,

son tan solo viva poesía.

La que florece en el corazón de María.

Perla blanca eres

entre todas las mujeres

palabra de poesía

perlada eres María.

"Máscara caída" (Semana 39 de 53)

Pintura de María José Gimenez "Máscara caída"

Dama Misteriosa,

Hombre Encubierto,

¿díme quién eres?

¿qué esconde tu rostro?

¿qué cubres tras la máscara?

¿por qué ocultas tu realidad?

¿es acaso una ruina tu vida?

¿tienes miedo de mostrarte como eres?

¿o te proteges por haber sido herido/a en sentimientos?

Dama Misteriosa,

Hombre Encubierto,

confíate a mí,

guardaré tu secreto,

bajo siete llaves ocultas,

confíame tus más escondidos miedos,

seré el silencio que jamás rompa tu secreto,

besaré tus ojos tristes acariciando tus penas,

te protegeré con bálsamo de seda que te haga sonreir.

Dama Misteriosa,

Hombre Encubierto,

quiero ayudarte,

apóyate en mi hombro,

derrama en mí tus lágrimas de sangre,

para secarte todas tus profundas heridas.

"Roja Seda"

Hambriento tu deseo salvaje,

muerdes con tu boca mi carne,

ávido sediento de mi fragancia,

bebes gota a gota el sudor de mi piel,

glotón insaciable de mi esencia,

digieres cada perla de mi ser.

Tambaleas con ímpetu mi cuerpo,

haciéndome temblar hasta el último gemido,

me masajeas entre caricias de roja seda,

mmmmmmmmmmmmmmmmmm 

esas que sabes me vuelven más que loca,

amoldando las curvas de mis formas,
susurrándome fuertemente al oído,
Eres Mía, Mi Hembra Divina.

Enfebrecida mi tempestad incontrolada,

agonizo abrasada entre las zarpas de tus manos,

precipitándome hacia la muerte más cercana,

con tu orgasmo derramado sintiéndome más que amada,

desflorada entre tu cuerpo en lo más profundo de mi alma.

"Entre las velas de tus ojos"

Desnudas mi piel sedosa,

con la furia dilatada de tus pupilas,

me iluminas entre las velas de tus ojos,

en nuestra ferviente habitación,

incendiando la escena que cubre 

nuestra más ardiente pasión.

Arañas con tus indomesticables dedos,

el deseo incontenido de mi silueta,

envuelves mi esbelto cuerpo, 
entre los alaridos de tus manos,

fervorosas gritan de placer sin sentido,

atravesando mis gemidos encendidos.

Mi piel de satén manoseada 

por las palmas de tus manos caprichosas,

incapaces de contener las caricias poseídas,

ardiente enloquecida la lumbre de mi cuerpo,

entre las llamas de las velas de tu fuego.

Ante el altar comulgas mis areolas,

gruta sagrada de tu palpitante boca,

me enciendes el cirio de la vida iluminada,

poseyéndome con fuerza, 
desatándome la lujuria,

traspasándome tu luz,
 electrizando mi noche,
muriendo contigo de gozo.

"En el horizonte cristalino"

Mi mirada hundida se perdía en el horizonte cristalino de mis pensamientos, invadida por la nostalgia del otoño, quedando atrás el verano, tan sólo permanecían los recuerdos de aquellos días en los que él me hacía sentir la intensidad de la vida iluminando mi piel con las caricias de sus ojos.

De repente, mi pensamiento se rompió como el cristal, haciéndose añicos, tras escuchar unos pasos que crujían entre las hojas del suelo, era alguien desconocido que se acercaba a mí por detrás, y con sus manos alzó mi rostro, diciéndome:

- Te estaba viendo cabizbaja, en mitad de la arboleda, contemplando tu belleza, eres de una hermosura incomparable, díme ¿hace cuánto que no sientes la lluvia en la cara? ¿hace cuánto que no disfrutas de esa sensación?

Sin pronunciar más palabras, comenzó a hablarme a través del deseo de su boca deslizándola por mi cuello hasta llegar a mis labios de seda bebiendo de ellos, como si estuviera sediento en el desierto, sin apenas darme tiempo a responder sus preguntas, me dijo susurrándome al oído: - Siente el frescor de la lluvia sobre ti.

En aquellos momentos sentí cómo mi alma se perdía entre la humedad de sus besos, entre las palpitaciones aceleradas como tañidos de campanas, y mi cuerpo estaba cobijado entre sus brazos, mientras le decía con mi aterciopelada voz: - Es que el otoño me envuelve de nostalgia, no puedo evitarlo.

- Y él me respondió: - Yo voy a enseñarte a que no añores el verano. ¿Puedes sentir las gotas de lluvia en tu piel? 

Su boca comenzó a hablarme desde el silencio de los besos lamiendo las gotas de lluvia de mis dulces labios de seda, sus ardientes manos comenzaron a deslizarse reptando por las curvas de mi cuerpo hasta traspasar la piel de mi vestido para agarrar con fuerza mis turgentes pechos, regalándole exaltada mis gemidos, mientras sus manos iban serpenteando por mi vientre hasta llegar al centro de mi cielo provocando las olas del mar de mi desbordante húmeda excitación.

La tarde se vestía de humedad, los minutos se dibujaban entre las gotas de lluvia, todo se convirtió en agua desde aquel encuentro fortuito, danzando nuestros cuerpos en el suelo mullido de la alfombra de las hojas secas de los árboles, al compás del sonido del murmullo de nuestros besos, bebiendo la saliva de las copas de nuestras bocas, lamiéndonos sin límite hasta dejar seco lo más profundo de nuestras húmedas entrañas.

El otoño dejó de ser nostalgia en la mirada interior de mis ojos, y en la piel de mi alma, para ser húmeda caricia derramada.

"Volando entre sueños despiertos"

Gota a gota llueve en el alma del verano... trayendo nuevos vientos el otoño que atrapa su mirada... ahora llueve... no deja de llover agua cristalina.. es lluvia desbordada en su arroyo... no para de llorar el cielo... desamparados sus ojos con aires de nostalgia... atrapando las sombras... ahuyentando la luz... hay miedo y melancolía en cada uno de los luceros de las pupilas de su alma... 

¿Qué harías para que su ojos vuelvan a tener luz?

Amigos, de nuevo seguimos, en "Volando entre sueños despiertos", para quiénes deseéis formar parte de éste juego creativo imaginando entre letras, las normas son las siguientes:

Serán publicados en ésta entrada, únicamente, los comentarios que deseéis tengan voz, mientras que los que deseéis sean susurrados al oído, no serán publicados, por lo que, para diferenciar éstos de los primeros, deberéis poner al comienzo del comentario la palabra: "susurro", y se mantendrá en secreto sin ser publicado el comentario que no deseéis tenga voz.

"Libélula" (Semana 38 de 53)

En el umbral de la noche,

con los párpados dormidos,

las pestañas prolongadas,

se despunta entre los sueños,

un ave rapiña volando de cuclillas,

acechando el misterio entre las sombras,

para no despertar al silencio del ensueño.

Y en el intervalo de las horas alucinógenas,

los suspiros encarnados entre verbos latidos,

se marcan en el tiempo con las agujas del reloj,

acentuando el día tras la noche ya escondida,

amaneciendo de la fantasía de los sueños.

Con la libélula resonando 
y las perlas colgando
entre mis manos.

"Se nos fue"

Gracias, Demiurgo, por el regalo de ésta canción. 
Clikar para escuchar el vídeo.

Se me partió tu nombre, 

tu alma de hombre, 

tu sonrisa lasciva, 

los besos que me diste, 

las horas que pasé contigo.

Ciegos nuestros ojos quedaron 

ante el paisaje de nuestros días.

Se fragmentó el encanto,

se fracturaron los sueños,

se rompieron las teclas de nuestro piano,

se quebrantó la música de la pasión.

Incompleta quedó para siempre 

la composición de nuestra partitura.

Se nos fue la vida,

y con ella, los sentimientos, 

de tanto desgastarlos.

¡Explórame!

¡Explórame!

Quiero que seas el liguero 
que arranque con la fuerza de tu boca
las ligas de las medias de mis piernas,

despójame entera no solo con tus ojos,

sino con tus desenfrenados dedos delirantes.

¡Ladérame!

Con el vaivén de tus manos,
haz que dance con ritmo mi cuerpo,

delinea las curvas de mi silueta,

pinta caricias ardientes en mi piel,

de todos los colores posibles.

¡Poséeme!
con fuerza para sentirte dentro de mí,
piérdete en lo más profundo de mi alma,

olvídate de todos los principios,

que tiemblen mis sentidos,

que mis verbos palpiten.

¡Hazme pecadora!

para ir contigo al confesionario,

a desnudar ante ti la lujuria

que gobierna mi cuerpo,

para rezar con mis perlas el rosario. 

¡Explórame!

¡Ladérame!
¡Poséeme!
¡Hazme pecadora!

"Contaminándome"

Gracias, Perla Gris, por tu precioso regalo

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Me despeinas las pestañas de mis ojos,

expulsando el humo ardiente de tu aliento,

ahúmas mi espalda con tu boca,

inhalando me fumas de todas formas,

de veinte mil maneras distintas,

me contaminas la piel con tu pipa,

que hasta celosa está de mi cuerpo.

Y tu garganta palpitando me corona,

diciéndome soy tu mayor alucinógeno,

tu intenso olor viciado de hembra,

la droga más potente de tu perdición,

tu delito más profundo consumado,

tu irresistible placer insaciable,

tu hábito más compulsivo,

tu mayor precipicio infernal,

tu elevado delirio palpitante,

tu más excitante perversión.

Y por entre la seda falda de mis muslos,

se me cuela una gran nube de humo roja,

aspirando penetrante tu ansiada boca,

mi denso efluvio de las ondas de entre mis labios.

"Espejismo" (Semana 37 de 53)

Imagen de mi autoría

Son tus ojos los que me dibujan

a través del espejo cuando me miras,

trazándome el resplandor con tus pupilas.

Espejismo sobrepasando las líneas,

adivinando más allá del paisaje de mi cuerpo,

incitándome con las estelas de tus ojos.

Colándote por entre las rendijas

de cada uno de mis latidos,

y la voz muda de mis palabras.

Descubriendo mi piel por entre los reflejos,

sintiendo mis sentidos cristalizados,

encontrándome en la realidad de tus sueños.

"Perlas entre la seda de mi piel"

Escondidas las perlas entre la seda de mi piel,

tu boca enloquecida de deseo ansía encontrarlas,

y tu lengua deslizándose por el tobogán de mi cuello,

va danzando sin detenerse hasta descubrirlas entre mis senos,

inclinando tu cabeza para libar y alimentarte de ellos.

Entregadas mis endurecidas perlas

al placer de tus impetuosos labios

muerden el delirio erectado de mis pezones,

retorciéndome lujuriosa entre gemidos,

encharcándome de humedad derretida,
convirtiéndome en la Reina de tu boca,

y tú en Esclavo adorando mis turgentes pechos.

Y me gozas...

me estremeces...

me palpitas...

me ardes...

me vibras...

me derrites...

me pones a millllll...

Y grito...

gritoooooo...

gritooooooooooooooooo...

mi garganta enloquecida no deja de gritar...

Encontrada la última perla,
en el centro de mis desbordados labios,
vas bebiendo con ardor mi alma, 

muriendo exaltada en el mar de tu boca.

"Estás en mí."

Gracias, Demiurgo, por este precioso vídeo



Te siento...

estás en mí,

en cada suspiro latido,

en el eco profundo de mi corazón,

en cada minuto abrazado a tu respiración,

en mis ojos vendados pero con mis pupilas dilatadas.

Te siento...

en cada caricia pintada por tus labios,

en lo más hondo de mi alma palpitada,

en el aire intenso que respira mi dulce boca,

en el murmullo alborotado del agua cristalina,
en la mudez de tus palabras susurradas en mis oídos.

Te siento... 

a cada instante de mi tiempo,

te siento...

 resbalando en mi silencio,

te siento...

en la afonía de mi garganta.

Te siento...
te siento...
te siento...

Porque siempre estás en mí.

"Sacrificado"

Señor Mío ante mí sacrificado,

de rodillas adorándote estoy,

orando tu cuerpo crucificado.

Llorándote en la gloria divina,

convirtiéndote en mi devoción,

ente el pecado y la pasión.

Con las perlas del rosario

entrelazando mis manos,

rezándote el credo con veneración.

Destrozada el alma con llagas,

liberado el espíritu dominado,

astro celestial testigo de tu muerte.

"Me follas el alma"

Imagen de mi autoría

Me follas el alma,

me fecundas la vida,

me engendras espasmos,

me matas con la espada 

de tu empuñadura.